"Con Lágrimas de azahar"
Mañana sábado se cumplen tres años de la pérdida de la cantante Mari Trini, bisnieta del VIII marqués de Peñacerrada,
descendiente del escultor murciano Francisco Salzillo. Manuel Casquero Durán ha escrito un libro sobre la cantautora y
compositora, que se editará próximamente bajo el título "Diario de un ave rebelde".
"Con Lágrimas de azahar"
Mañana se cumplen tres años de la muerte de la cantante Mari Trini, de la que se prepara una biografía.
Nos cantabas: “Si conseguimos aguantar/sin ponerle al ayer ningún altar/venceremos la partida entre/lágrimas de
azahar./Si conseguimos aguantar…” (Sin barreras, 1995). También era primavera. También se celebraba la Semana Santa. Los
naranjos bordes, citrus aurantium, de frutos amargos, en las calles de Murcia reiteran su vómito de intenso aroma de
azahar, igual que sucedió hace tres años cuando tú marchabas, el 7 de abril de 2009. Vivimos un amargo Miércoles Santo
de despedidas. Mañana, Sábado de Pasión, volveré a escucharte cantar:”Seré arcángel sin alas/montañero de la mar./Pero
no lo sabrás, jamás lo sabrás./Ni nada ni nadie/logrará cambiar/la huella del camino/que mis días dejaron atrás…”
(Escúchame,1971). Nos conocimos en 1976, en pleno éxito de tu carrera, cuando apareció el elepé Como el rocío, en el que
nos decías:”Miedo me dan las palabras/de todo aquel que no duda/y me asombra la firmeza/con que habla el que no
escucha./Entre la lluvia y el viento/ando buscando el silencio”. ¡Maldito silencio!
He vuelto a hablar con tu hermano Gonzalo para que me aclarara alguna imprecisión sobre nombres y fechas. Y lamento, por
los caravaqueños, reincidir en que naciste el 12 de julio de 1947 en la ciudad de Murcia, en el número 13 de la calle
Alejandro Seíquer, frente al antiguo edificio del Gobierno Militar y de la Iglesia de San Lorenzo. Debo aclarar que, con
13 años, te tocó padecer una nefritis y no una parálisis facial como cuenta la leyenda.
En ese periodo de convalecencias y reposo, tu madrina, la hermana de tu padre y vizcondesa de la Ribera de Adaja, te
enseñaría los primeros acordes de la guitarra, y tu comenzaste a componer las primeras canciones.
Tu niñez y adolescencia transcurrió entre Murcia, Singla(Caravaca de la Cruz) y Madrid; después te trasladaste a Paris y
a Londres, para volver a la capital francesa y entonces allí se publicaron tus canciones iníciales, en 1964 y 1965. El
primer disco sencillo que apareció en España fue en 1966, Guitarra. Gracias a tu amigo Manuel Casquero Durán, estos días
he podido visionar las imágenes de la película francesa de 1968, La nuit infidèle, dirigida por Antoine D`Ormesson,
donde, con 21 años de edad, apareces como actriz interpretando Guitarra. Hasta 1971 no se edita en España un disco tuyo
de larga duración, 12 canciones de las que varias fueron escritas por Patxi Andión, Luis Eduardo Aute y Juan Carlos
Calderón. Aquel disco nos llegó sin título, sólo con tu nombre Mari Trini.
La estrella, otra vez
El cineasta americano Nicholas Ray, cuando tenías 15 años, fue de los primeros en percibir tus cualidades, tu alma de
artista. Hoy continúan creyendo en tu talento. Pero perdona, querida amiga, que otra vez no seamos tus paisanos los
primeros. Se ha anunciado públicamente bautizar con tu nombre calles y jardines, pero somos desagradecidos y
olvidadizos.”Pater dimitte illis no enim sciunt quid faciunt”(Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen. Lucas
23,34).
Descendientes
De noble linaje. La cantautora no era partidaria de presumir de su procedencia aristocrática. Mari Trini
descendía por línea directa del escultor Salzillo, hijo de Nicolás Salzillo, que llegó de Nápoles a Murcia a finales del
siglo XVII. La bisabuela de Mari Trini, Dolores Sandoval y Braco (n,1854), era tataranieta de Francisco Salzillo. El
bisabuelo de la cantante, esposo de Dolores, era Luís Pascual de Riquelme y Palavicino (n.1852), VIII marqués de
Peñacerrada e hijo de los marqueses de Beniel. El abuelo de Mari Trini, Francisco Pérez-Miravete y Martínez-Bretón y su
abuela, Trinidad Pascual de Riquelme Sandoval, se unieron en matrimonio en 1914, siendo su tercer hijo, Gonzalo, padre
de la cantante, ya fallecido. La madre de Mari Trini, María Mille y Campos, contrajo segundas nupcias y es la actual
duquesa Viuda de la Torre. La tia-madrina de la cantautora, María Trinidad, se casó con el vizconde de la Ribera de
Adaja y enviudó sin descendencia. Su tío paterno, Francisco Luís, con aficiones pictóricas y poéticas, fue uno de los
mártires de la Guerra Civil, asesinado a los 20 años de edad en el madrileño palacete de La Moncloa, y se mantiene
abierto su proceso de beatificación en la diócesis de Cartagena. Mari Trini fue un ejemplo significativo de discreción y
sencillez. Durante una velada, en su casa de Madrid, el 29 de agosto de 1991, me fue desgranando, sin darle demasiada
importancia, su árbol genealógico.
La empresa cervecera Estrella Galicia, creada en 1906, y que actualmente distribuye su producto desde La Coruña amás de
30 países, ha incluido tu canción Una estrella en mi jardín (1982) en la banda sonora de un spot televisivo para
difundir su última bebida. El director del proyecto, Jesús Pérez, de la agencia Imaxe, me dice que el equipo creativo
consideró idónea esta canción tuya para sonorizar la campaña publicitaria a nivel nacional.
“El libro que se prepara es la descripción del perfil de una artista irrepetible, íntegra y con una gran sensibilidad,
que abrió camino a otras mujeres dentro de la canción de autor”. Así lo explica a LA OPINIÓN Manuel Casquero, psicólogo,
poeta, experto en inteligencia emocional y autor del libro Diario de un ave rebelde, que podría ver la luz próximamente,
porque “Mari Trini fue, por méritos propios, la mejor cantautora de la música española”. En el libro se describe de
manera exhaustiva, canción a canción, ”los sentimientos, las creencias y los valores de una mujer valiente, honesta,
transgresora… que jamás renunció a ser ella misma”, puntualiza Manuel Casquero sobre el texto con el que descubriremos
“el alma pura de una artista excepcional”.
Brillante carrera
Deseo que vivas, allá donde habites, alejada de los iPod, de los ruidos, de los terremotos, de vecinos hipócritas, de
anfitriones de pacotilla, de especuladores baratos de la cultura, de abstenciones, de tristezas…¿Me permites que les
recuerde un poema tuyo, publicado en 1990, en la carátula del CD Espejismos?: “Subí arriba de las nubes/y ahora no sé
bajarme/rompiendo algunos moldes/como se rompen castillos./Canté sí, a las gentes/gentes de todas clases/y lloré de
tarde en tarde,/fui a mitad bufón/y a mitad personaje/lo que más importa ahora…/es anclar ese velero”. Un año antes de
irte, el 8 de marzo de 2008, el Gobierno Regional te otorgó un merecido premio por tu “brillante carrera profesional” y
por “defender los derechos universales de la mujer”. Agradezco, una vez más, a Teresa Moreno Gómez, ex directora del
desaparecido Instituto de la Mujer de la Región de Murcia que aceptara mi sugerencia para que se te concediera un
galardón en el Día de las Naciones Unidas para los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional. ¡Cuántos reconocimientos
y aplausos nos quedamos sin entregarte!
Renace la primavera, resucita la Semana Santa y vuelvo a sentir tus lágrimas de azahar’, mientras te alejas silenciosa,
en una madrugada espesa de discurso, ausente de razones, entre los Herodes y los Pilatos que intentan rememorar otro
fatídico y santo Sábado de Pasión. Y tú seguirás cantando: “¡Ay, Señor…/No tiene usted ni idea/de lo mal que está la
Tierra/desde que usted se fue./Ay, Señor…!”.
Pedro López Morales